Todos los años se registra un aumento en el número de niños a los que se les diagnostica alguna alergia alimentaria. Por eso, en ALLFREE queremos ayudarte con algunas pistas para que sepas cuáles son las más habituales y lo más importante: cómo detectarlas.
No hay duda: se ha registrado un aumento en el diagnóstico de alergias alimentarias a escala mundial. En Chile, el 8% de los niños menores de tres años las padecían (cifras 2019). Y según cifras de Food Allergy Research and Education (FARE), la prevalencia de estas alergias entre los niños estadounidenses aumentó un 50% entre 1997 y 2011, y se estima que actualmente unos 5,6 millones de niños y adolescentes menores de 18 años en ese país las padecen. Esto es un promedio comparable a 2 niños en cada sala de clase.
Si bien todas las personas con alergias alimentarias deben prestar especial atención a su dieta y evitar contacto con alérgenos, en los niños es más preocupante, ya que pueden estar más expuestos a estos componentes sin saber que se están frente a un riesgo potencial de salud.
Si bien los ocho alérgenos más comunes en Chile son huevos, leche de vaca, pescado, soya, maní, mariscos, frutos secos y trigo, hay al menos 170 alimentos que causan alergias. En el caso de los niños, los más comunes son el huevo, la leche de vaca y el maní. En niños lactantes, la incidencia de la alergia a la proteína de leche de vaca es del 4,9% (estudio del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos).
Las alergias más comunes en los niños
Una de las más comunes y que se manifiesta a más temprana edad es la de la proteína de leche de vaca, la que puede afectar a los bebés durante la lactancia materna (por el consumo de la madre). Suele diagnosticarse durante el primer año de vida, y puede ser tratada con una pauta de alimentación recomendada por el médico tratante.
En el caso de los lactantes alérgicos, la madre deberá seguir una dieta específica, eliminando los alérgenos. También existen fórmulas especiales para niños con alergias, las que deben ser recetadas por el médico si el caso lo amerita.
Para los niños que están iniciando su alimentación (más allá de la leche), debe seguirse la pauta que recomiende el médico e ir exponiéndolo poco a poco a nuevos alimentos, para así detectar la presencia de alergias.
Detección de alergias en los niños
Aunque existe una serie de pruebas que pueden realizarse para determinar si un niño es o no alérgico a determinado componente, lo más común es que la alergia se manifieste la primera vez que el infante lo consume.
La buena noticia es que la mayoría de las alergias que se diagnostican a temprana edad pueden superarse, aunque algunas persisten durante toda la vida.
Los síntomas más comunes en los niños pequeños son estancamiento en el peso y crecimiento, cólicos no controlables con calmantes, vómitos explosivos, diarreas frecuentes, presencia de moco en las deposiciones, estreñimiento severo, irritación en el área anal y falta de apetito.
Para diagnosticar una alergia, el médico tomará en cuenta la evidencia clínica y el historial del paciente y los exámenes dependerán del tipo de reacción que se presente (inmediata o tardía).
Para las inmediatas, el médico recomendará un examen de sangre para medir la inmunoglobulina (IgE) específica a un alimento; prick test (en el que el médico administra gotas de diferentes alérgenos sobre pequeños rasguños indoloros para el paciente); TPO (o Test de Provocación Oral, en el que se expone al paciente directamente a una cantidad mínima del alérgeno, bajo estricta supervisión del especialista).
También existen otros tests para alergias inmediatas, como el Faber, el ISAC y los paneles moleculares específicos.
Para los casos de alergias de reacción tardía, el diagnóstico se efectúa a través de TPO y endoscopia y colonoscopia con biopsias.
Es importante señalar que todas estas pruebas diagnósticas deben ser recomendadas y realizadas por un médico inmunólogo, gastroenterólogo o pediatra.
Fuenes: El Mostrador, FARE, Creciendo con alergias.cl